Un regalo muy especial

Todo el que me conoce, mucho o poco, sabe de mi afición a los muñecos y juguetes, sobretodo de los 70. Así que no me extrañó que una de mis jefas se acercara un día y me ofreciera uno de sus tesoros más especiales de la infancia. No se sentía con ánimo de tirarlo y nunca le iba a dar uso ya que no tiene hijos y pensó que me haría ilusión. Todavía no os he mostrado ese regalo porque es de los que tienen que enseñarse después de un poco de trabajo y aún no me he puesto con ello. Se trata de una cuna de metal, muy parecida a la que usó mi madre "en tiempos" con nosotros 5,  así que quedé encantada porque además de gustarme, me traía recuerdos . Y después de esta introducción doy paso a enseñaros lo que me ha llevado a esta entrada. 

Esta vez la misma persona me ofreció otro juguete...  un parque o "corral" que era como lo llamábamos en casa, también para muñecos... en esta ocasión el regalo venía de parte de su hermana y llevaba implicita una condición y ésta era que, ya que ella colabora con una ONG, yo, a mi vez,  hiciera una donación a alguien necesitado., lo cual no me fue difícil porque de cuando en cuando doy juguetes a la guarde donde fue mi hija, al hospital para la sala de espera de urgencias infantiles o en la empresa cuando se hace recogida de alimentos. Así que cumplí con mi eslabón en la cadena de favores donando algunos juguetes que ya no usaban mis hijos para las rifas navideñas del cole, cuya recaudación se destina a ayuda de familias desfavorecidas del pueblo.

Me encanta el estampado de floripondios con esos colores tan fuertes... muy de mi época. Gracias, Arancha, eres un amor!!